Capítulo XXIII

Algo nuevo se cocía con Madrid, Miss Marelyn, un ente extraño que aparecía en un mundo algo tardío como el español, era algo llamado “hipster” la última moda de Estados Unidos.

Su imagen era algo cómico, indefinido, un ser vestido con ropa estrafalaria, gafas de pasta que cubrían su pequeña cara, pelo moreno, recogido con un moño que parecía una torre de comunicación. Era una mujer bella, algo que ninguno sabía reconocer por su extraña imagen, en España no estaban acostumbrados a semejante personaje.

Era una mujer recién llegada de Washington, consonantizaba todo lo que pasaba por su boca y la gente se quedaba atónica escuchando su irreconocible español, ¿sería algo de moda “hispter”?

Entre sus aficiones estaba la moda, la poesía y otras cosas que es preferible no comentar. Solía salir a correr todas las mañanas con un modelito ajustado, de esos que ni siquiera se pueden poner los maniquíes. Le gustaba oír cantar a los pájaros, aunque más bien en sueños, llevaba siempre con ella el famoso i-pod, un objeto inservible que ha ido carcomiendo cerebros gracias a estos nuevos individuos.

Era una gran admiradora del arte clásico, aunque ya llevaba un tiempo en España ni siquiera había pisado el Prado. Todo parecía mera imagen. Ella buscaba la pureza del arte, la poesía pura, aunque en realidad todo era una falacia, pura imaginería.

Tenía fundado un club, arruinado, con el nombre de “cool girls”

Cuando Víctor fue al café San Ginés, se encontró con este ente que él pensó que era imaginario, le llamó mucho la atención, deseaba acercase a hablar con ella, finalmente se acercó, aunque más que una conversación fue una discusión.

— Disculpe señorita, me ha llamado mucho la atención su estilo, me gustaría saber cómo se llama.

— Oh my god, no necesito que me trate de usted, por favor, me envejece. Necesito la plena juventud para ser feliz, si no, no podría vivir, no puedo vivir sin mis cremas. En fin, mi nombre es Miss Marelyn, pero por favor, no me quite el Miss, es tan cool.

— Encantado Miss Marelyn, ¿de dónde ha sacado esa… nueva… digamos… ese estilo… tan… tan… tan… cool?

— Ay, please, señor, no me diga esas cosas que me sonrojo.

— Bueno señorita, parece que tienes la superficialidad por las nubes, estas nuevas modas que surgen en países tan “cool” como dices, no son necesarias si queremos construir un nuevo país. Necesitamos libertad de expresión, pero ante todo debemos ser humanos, homos sapiens, no marionetas que se dejan llevar por las modas.

— Are you kidding me? Es usted un maleducado, no necesito lecciones de moralidad, gracias. Nice to meet you.

— Yes, nice to meet you too, pero por favor, en español.

Miss Marelyn se marchó dando brincos de furia, con esos tacones gigantes que hacían que se torciera los tobillos al andar, sin embargo, Víctor se quedó sentado sonriendo.

(Autor: NRG, autor: JFV)

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